CRÓNICAS DE LA MIRADA AUSENTE
Dos obras cortas amalgamadas entre sí por una misma idea, expresan un único grito, que es el que las engloba y le da nombre al espectáculo.
En el primer caso, “Genealogía del niño a mis espaldas”, la visita al zoológico de un niño con su padre nos muestra a un personaje despojado de afecto que es –paradójicamente- un guía que no guía. O un padre que no sabe cómo amar a su hijo. O un experto en zoología que intenta rellenar con su atolondrada erudición el abismo que lo separa del pequeño. O un padre frustrado que se desdobla en sí mismo para observar en el niño que fue los orígenes de su frustración.
En el otro personaje, la mirada cándida del chico pone de relieve la involuntaria crueldad con que ese adulto contempla pasivamente a ese ser desamparado.
El mismo desamparo que, en sus horas finales, expresa la joven presentada por el narrador en la segunda obra, “40 minutos en el país de las hadas”.
Luego de hacer referencia a los principio del placer y al de nirvana descriptos por Freud a comienzos del siglo pasado, el narrador deja al espectador frente a la consumación de la autoaniquilación de la protagonista. Es ella, Lucila, quien nos irá guiando a través de los oscuros laberintos de su vida hasta sus minutos finales, a los que llegará tempranamente –sólo tiene 30 años- arrastrada por implacables síntomas originados por la ausencia de la mirada paterna .
Lucila se supo desde siempre no mirada por su padre y en consecuencia se colocará una y otra vez en el lugar de no mirada ante los hombres. Por lo tanto, para quien casi no la ha mirado Lucila puede ser Ludmila o Luciana o Lucrecia. Así lo entiende ella, con amarga resignación, exenta de odio.
Y serán sus síntomas corporales los que expresarán su angustia colosal hasta que la propia muerte será, tal vez, su última estratagema para captar la mirada esquiva de los demás.
En la obra de Freud mencionada, el autor hace referencia a una escena que él mismo vivió, en la que observaba el juego de su pequeño nieto . Esta escena, que es descrita por el narrador en la obra, dio origen a la explicación de cómo los seres humanos concebimos tempranamente la idea de separación vincular que regirá, en gran medida, la constitución de nuestras futuras relaciones.
El texto de Freud es comúnmente conocido como “Fort-da”, en alusión a los vocablos alemanes fort (se fue) y da (aquí está).
“Papá mírame” es en su conjunto “un gran fort” en el que la búsqueda infructuosa del “da”por parte de los personajes es una angustiante aventura hacia el vacío existencial.
GENEALOGÍA DEL NIÑO A MIS ESPALDAS
Ignacio Apolo, Vicente Apolo Álvarez
40 MINUTOS EN EL PAÍS DE LAS HADAS
Ignacio Apolo, Luna Apolo Álvarez, Maia Lancioni